Pablo Rodríguez. «Quiero pensar que esto servirá para replantearnos el modo de vida que llevábamos y llevamos.»
Me crucé por primera vez con la obra de este artista malagueño en octubre del 2018 en Barcelona. Fue en la inauguración de su exposición “Silence” en el Hotel Axel. Su concepto del retrato me pareció absolutamente rompedor. Sin perder una dosis de realismo e incorporando elementos propios de nuestra sociedad actual, logra seducir al espectador y hacerle partícipe de ese momento íntimo que preservan sus modelos.
Esa habilidad tan suya de hacer contemporáneo un estilo tan trabajado en la Historia del Arte como es el retrato, me empujó sin duda a lanzarle la propuesta de que se uniera al equipo de artistas de Inéditad Galería. Y para satisfacción para quien os escribe aceptó ?
Hoy lo convertimos en protagonista de esta entrevista. De la misma manera que lo hacen los personajes de sus obras, Pablo Rodríguez emerge también desde su espacio más íntimo para mostrarnos cuales son sus emociones, sus temores y sus esperanzas. En tiempos de incertidumbre, podemos aprender mucho de creadores como él.

– Pablo, ¿qué estás aprendiendo a nivel personal e incluso profesional de estas semanas de confinamiento?
Esta etapa es un momento para recapacitar, sobre lo que uno hacía, lo que hace y lo que podremos hacer.
– ¿Qué acciones llevas a cabo para conseguir que estos días de encierro se te hagan menos duros?
Mis días se componen de diferentes actividades, leer, dibujar, ver cine y hacer deporte, no se me está haciendo duro.
– Bajo tu perspectiva, ¿cómo deberíamos afrontar el colectivo artístico la difícil etapa a la que nos enfrentamos?
Sinceramente, no lo sé, pues vienen tiempos muy muy complicados. Quizás seguir siendo perseverante con el concepto de arte para todos los públicos, y seguir apostando por ello.
– Se habla mucho en estos momentos del término «reinventarse» como forma de adaptación ante lo que está por venir. ¿Crees que es necesario? ¿Has pensado en alguna estrategia determinada que te gustaría compartir?
Sí o sí nos tendremos que reinventar, no quedará de otra, y creo que también será positivo.
– ¿En qué crees que cambiará nuestra sociedad cuando pase todo esto?
Puf, no sé, pero quiero pensar que esto servirá para replantearnos el modo de vida que llevábamos y llevamos.
– Dicen que no hay mal que por bien no venga. ¿Qué lectura positiva se puede extraer de esta crisis?
Pues ahora mismo la única lectura positiva es pensar en que cada individuo está en un momento de introspección, y que ello traerá unos resultados positivos a nivel individual y a nivel colectivo.
– Hablando de tus trabajos, ¿cuál es el mensaje (o mensajes) que principalmente pretendes lanzar a través de tu obra?
Haciendo una síntesis de la lectura de mi obra, mi trabajo se centra en la búsqueda permanente de la retórica entre obra y espectador, en el concepto del sentimiento que subyace en la idea de retrato como mera representación de nuestro ego, creando un discurso en una era en la que tal disciplina es símbolo de la exaltación del narcisismo, un debate entre nuestro yo vanidoso y nuestro yo real, una obra que en realidad representa la fragilidad del individuo, de la vulnerabilidad de la raza humana.
– Quien más quien menos tiene sus musas y sus referentes. ¿Cuáles serían los tuyos?
Ferdinand Hodler, Gustav Klimt, Alfons Mucha, entre otros.

– Decía Oscar Wilde “En los almuerzos de banqueros se habla de Arte, en los de artistas, de dinero”. ¿Qué opinión te merece la situación de los artistas emergentes en nuestro país y qué crítica harías sobre el mercado del arte contemporáneo actual?
La situación actual de los artistas emergentes es bastante complicada, es difícil llegar al público y entrar en el mercado, hay grandes comerciantes que son los que dictan que es supuestamente bueno y que no lo es, en realidad hoy en día en muchos casos no prima la calidad de la obra ni su significado, si no el discurso que el galerista = comerciante quiera vender y ya está, “obras” que te dejan indiferente pero que tienen un discurso vendible.
– ¿Qué obra de arte universal colgarías de la pared de tu casa y por qué?
La Noche Ferdinand Hodler, una obra impactante tanto en continente como en contenido. Las Cabinas Telefónicas de Richard Estes, un ejemplo espectacular del fotorrealismo, y que incluso va más allá de la realidad. Cualquier escultura de Jeff Koons, por la controversia de su obra, figuras imnóticas que te transporta a la niñez, y que están hechas de acero, algo que aparentemente es frágil pero que en realidad no lo es.
– ¿Qué opinión tienes sobre las redes sociales? ¿tienes alguna de cabecera?
Las redes sociales hoy en día son una herramienta que bien usada, van muy bien , nos permiten mostrar un poco más de nosotros, de nuestro trabajo. Yo en mi caso las uso para mostrar mi obra, lo que hago en mi estudio.
– Si tuvieras que escoger una canción de fondo mientras trabajas, ¿cuál sería?
“Cry to me”, Solomon Burke.
– ¿Un museo que nadie se debería perder y por qué?
El Guggenheim de Bilbao, siempre una experiencia excitante.
– ¿Y un libro que todo el mundo debería leer?
El Alquimista dePaulo Coelho.
– ¿La botella medio llena o medio vacía?
Siempre medio llena.
– ¿Cuál sería tu consejo para aquellos artistas que empiezan?
Que trabajen muchísimo y disciplina.
– ¿Hasta dónde te gustaría llegar artísticamente hablando?
A poder vivir al 100% de mi trabajo.
– ¿El futuro es…?
Futuro incierto.

A Pablo Rodríguez (Málaga, 1982) le gusta dibujar desde que tiene uso de razón. Empezó dibujando a lápiz y de ahí ha ido experimentado con diferentes técnicas, como pintura acrílica, tintas, acuarelas u óleo.
Para captar a sus modelos hace uso de la fotografía. Personas anónimas que inmortaliza en actitudes cotidianas. Unas actitudes que le sirven además para hacer crítica en aspectos tales como el egocentrismo propio de nuestra sociedad actual, y/o la sobreexposición de nuestra vida más íntima.