Fue entonces cuando descubrió una afección en la vista debido a una lesión macular formada por cicatrices en la zona central de la retina. Ello le provoca una distorsión de las imágenes que él mismo describe como “caleidoscópica”. Esta disfunción la ha reinterpretado como una “visión única” que ha sabido incorporar estoicamente a su faceta como artista.
En 2014 termina sus estudios titulándose en Artes Plásticas y Diseño en Ilustración con el proyecto final de el “Tarot de la Laguna”, proyecto con el que obtiene el máximo reconocimiento del jurado y una beca Erasmus que le lleva a Oporto.
Su primera exposición tiene lugar al año siguiente, concretamente en Kipfer&Lover (Málaga) bajo el título “Perfume de flor de cuchillo”. A partir de entonces su trayectoria artística avanza rápidamente mostrando su trabajo en espacios como el Museo Carmen Thyssen de Málaga, en la feria ESTAMPA de Madrid, en la galería NB7 de la feria FLECHA de la misma ciudad, así como en Échale Guindas Galería, Matraca Gallery, VillaPuchero Factory, Factoría de Arte y Desarrollo, Swinton & Grant, The FolioClub, Nigredo Espacio, El Gallinero o Vergel Espacio.
Siempre quiso ser artista, aunque la visión que tenía de pequeño era más bohemia todavía, quería pintar en la calle, retratar personas en el paseo marítimo, aunque confiesa que tampoco es tan diferente de lo que hace ahora.
Al contrario que para algunos, para este artista de la tristeza contemporánea, el Arte no es una institución, una categoría, o un estado o intención de las creaciones humanas. Lo ve como algo propio, una manera de entenderse a uno mismo y con la que trata de ser entendido por los demás y, quizás, ayudarles a comprenderse a sí mismos.
Suele trabajar con las cosas que le preocupan: el amor, el desamor, la tristeza, la soledad… Lo que todos sentimos alguna vez, y unos pocos sentimos todo el rato. Las emociones que nos marcan suelen ser las más negativas, y él trata de hacerlas ver de una manera tranquila, melancólica, pero ligeramente optimista. Tiene esperanza, y le gustaría que los demás la tuvieran también.
A pesar de que se considera un rebelde de la técnica y utiliza lo que quiere como quiere y sobre lo que quiere, afirma que le gusta experimentar, aunque al final vuelva al origen. Con la técnica con la cual se siente más cómodo es dibujando con grafito, dado que la dirige y nada acaba siendo diferente a lo planeado.
Se considera una persona controladora y por tanto para él salir de esta técnica (pintar a pincel, por ejemplo) es una terapia muy beneficiosa para entender que no todo se puede dominar.
En un futuro le gustaría que le conociera todo el mundo, del mismo modo que se conoce a un personaje del mundo de la música, o del cine. De hecho, querría ser realmente influyente para ser un instrumento de presión y poder cambiar el mundo en el que vivimos, aunque fuera pintando desde un rincón.