La pintura siempre ha estado presente en su vida. Cuando acabó bachillerato, se matriculó en la diplomatura de Turismo, y justo en ese momento, cuando estaba en clases de alemán y microeconomía, fue cuando se dio cuenta de que tenía que estudiar Bellas Artes.
Si su estilo se pudiese definir como un rasgo de personalidad, éste podría ser la extroversión. Muchas de sus obras retratan a personajes que surgen de repente, sin que nadie se los espere y que conectan con una gran parte de la sociedad.
No es muy partidario de adoctrinar con sus pinturas. “Cuando ves un cuadro de La Veneno, puedes verlo como un icono pop, o puedes interpretarlo como una reivindicación del movimiento trans, de dar visibilidad, como un homenaje a la valentía. Las dos opciones me parecen válidas, pero eso lo decide el espectador.”
La técnica con la que se siente más cómodo es con el óleo sobre lienzo. Él lo define como su estado natural. El óleo le permite dar texturas, rectificar y mantener el tono al secarse.