Ha llevado a cabo exposiciones tanto en Madrid, como en Málaga, Barcelona o Valencia, colaborando con espacios como Échales Guindas, La Matraca o Miscelánea. También ha participado en las tres últimas ediciones de Art Gaysel en Miami.
Desde que era un niño ya no se imaginaba haciendo otra cosa que no estuviera vinculada con el mundo del arte. El Dibujo ha tenido siempre muy claro que su meta es poder vivir de lo que cree y en lo que cree.
En un momento en el que pocos sentimientos o pocas situaciones quedan ya que no se hayan expresado artísticamente, para este joven artista prima lo estético, aquello que le logre llamar la atención a primera vista, al margen de que le consiga conmover de alguna forma. Con un estilo aparentemente equilibrado, pero tremendamente caótico en el fondo, le resulta difícil escoger una técnica en concreto, puesto que continuamente está probando un material u otro, aunque últimamente reconozca que le relaja mucho el collage. Entre sus disciplinas pendientes: el grabado, la serigrafía o la cerámica.
Los elementos con los que le gusta arriesgarse son, por un lado, representar al hombre como un ser inteligente, sensible, con sus miedos, pero sin temor a enseñarlos. Una forma de centrarse en la figura del hombre homosexual sencillamente porque le gustan los hombres y porque opina que estos pueden llegar a ser lo más hermoso, misterioso, increíble y mortal del mundo. Haciendo uso de sus propias palabras “un hombre que lo es todo, menos perfecto”.
Por otro lado, rendir homenaje a través de las escenas en las que coloca a sus protagonistas tanto al dolor como a la tortura, a la muerte, al deseo, a la soledad e incluso a la esperanza (pero eso sí, una esperanza redentora). Y todo ello sin necesidad de hacer bocetos, ya que suele plasmar su imaginario personal directamente sobre el soporte que más le apetezca en cada momento.
El Dibujo vino al mundo con el don del talento insertado en sus genes. El ejemplo perfecto de que un artista nace y no se hace. Dar un paseo por su emergente trayectoria profesional es sumergirse en un mundo cuyos personajes son capaces de contar historias con tan sólo mirarlos. Una habilidad que sólo poseen aquellos que son genios tanto por dentro como por fuera.