Mujeres artistas y su visibilidad
Las mujeres artistas y el rol de la mujer en la historia del arte no se reducen sólo a la figura inspiradora de una musa. A lo largo de los siglos ha habido arte femenino que ha sido silenciado por el mero hecho de serlo. Su firma y la huella que sus obras deberían haber dejado, han sido desvanecidas tras la cortina de humo del heteropatriarcado. Hombres que en ocasiones se adjudicaron la autoría de piezas creadas por mujeres. Mujeres dotadas de una gran inteligencia y capacidad creativa, como fue el caso de Margaret y Walter Keane.
8 de marzo. Reivindicación de las mujeres en el arte
Son necesarios muchos 8 de marzo para confirmar la frase “los tiempos están cambiando”. Las incesantes luchas feministas logran situar a la mujer en el merecido espacio igualitario que le corresponde.
En mi última visita al Museu Nacional d’Art de Catalunya me quedé durante un buen rato observando el “Retrato de Irene Narezo en su taller” (1904). Pensé qué poco acostumbrados estamos en ver imágenes de mujeres artistas ejerciendo su profesión. Irene Narezo Dragoné fue pintora y esposa del también pintor Frederic Beltrán Masses. Irene llegó a exponer en la barcelonesa Sala Parés en 1915 con bastante éxito. Sin embargo, justo al año siguiente, la pareja se fue a vivir a París para favorecer la carrera del pintor. La obra de ella paulatinamente dejó de tener presencia.

El final del siglo XX trajo consigo reivindicaciones más que necesarias del arte feminista. En 1989 las Guerrilla Girls se manifestaron en Nueva York frente a museos y galerías con carteles que decían verdades como puños, verdades que más de 35 años después siguen sorprendiendo por su vigencia:
“¿Las mujeres tienen que estar desnudas para entrar en el Metropolitan Museum? Menos del 5% de la sección de Arte Moderno son mujeres, pero el 85% de los desnudos son femeninos”

Pero más allá de la autoría, hay que recordar que artistas masculinos han cosificado a la mujer en sus obras en pleno siglo XX, trascendiendo una imagen de objeto sexual y/o estético. (Mal) ejemplo de ello son las obras de Allen Jones Women as forniture (Mujeres como muebles) (1970) compuesta de tres piezas como Silla, Perchero y Mesa.

Arte femenino en la historia
Pero no hay que irse a la Ciudad de los Rascacielos para extraer conclusiones: de las 1700 obras que hay en la colección permanente del Museo del Prado sólo 10 llevan firma de mujer.
El rol de la mujer en el arte no obtuvo un papel “equiparable” (y nótense las comillas) al del hombre hasta el pasado siglo XX. Tiempo atrás no podían ser admitidas en la formación reglada en el este ámbito y, hasta este pasado siglo, tenían prohibido asistir a clases de dibujo de desnudos integrales.
Bien es cierto que, durante el Renacimiento, algunas mujeres, sobre todo las pertenecientes a la burguesía, sí que podían permitirse estudiar junto a un artista masculino consagrado para aprender técnicas en este ámbito. Se trata de un grupo muy minoritario donde, además, normalmente dejaban aparcada su formación en cuanto consagraban matrimonio.
Un ejemplo de pintora renacentista lo tenemos en la autora del retrato del rey Felipe II datado en el año 1565. La artista italiana Sofonisba Anguissola adquirío un gran prestigio al ser una de las principales retratistas de la corte española entre 1559 y 1571.

En la primera mitad de siglo XX las mujeres artistas españolas destacaron especialmente en los años anteriores a la Guerra Civil. Es de justicia citar a Aurelia Navarro Moreno; Fernanda Francés Arribas; Marcelina Poncela Hontoria; Julia Alcayde Montoya; Adela Ginés Ortiz; Teresa Madasú y Celestino; Antonia Farreras; Lluïsa Vidal i Puig; Maria Blanchard y Helena Sorolla.

¿Por qué no conocemos apenas obras de mujeres pintoras?
La cultura, la religión y el patriarcado imperante son algunas de las causas por las que las mujeres no han podido desarrollarse hasta hace bien poco en el arte, sumado a, como antes adelantábamos, considerarlas unas musas que retratar como objeto de belleza y deseo, sin darles un papel de mayor peso o relevancia. Entre estas y otras razones podemos destacar:
Obstáculos en la labor del aprendizaje: no sólo a nivel artístico, sino a nivel general en todos los aspectos.
Las mujeres artistas tenían que utilizar pseudónimos: mujeres que tuvieron la oportunidad de expresar su dote artística y crear una obra tenían que ocultar su nombre. Las obras realizadas por mujeres o bien perdían valor o eran ignoradas.
Hombres que ‘robaban’ su creación: algunos artistas varones reconocidos se adjudicaron la autoría de algunas obras reconocidas cuando la creación fue a cargo de una mujer.
Entre los objetivos de Inéditad está el fomentar la visibilidad de artistas femeninas. Artistas que desarrollan un papel muy relevante en el emergente escenario artístico. Tanto si las conoces como si no, aquí te facilitamos su carta de presentación:

Pepa Salas Vilar (Úbeda, 1976): Pepa estudió Administración, pero se sentía totalmente desubicada con esa profesión, dejándola aparcada para involucrarse de lleno en el arte y estudiar en la escuela de su ciudad natal. Sus obras, en su mayoría pictóricas, están creadas bajo la técnica del acrílico sobre lienzo. Su estilo evoca aspectos como el misterio o el exilio, y nos hace viajar hasta la infancia, potenciando sentimientos como el amor o la inocencia. Un ejemplo de ello es su serie Despiértame cuando todo haya pasado.

Elisa Ancori (Barcelona, 1990): Artista de corazón y sentimiento. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, sus creaciones hacen reflexionar a través del dibujo. Con sus obras pretende hacer del arte algo libre y que no esté cosificado sólo a la provocación y o la reivindicación social. Enso o Taijitu demuestran el talento de esta ilustradora barcelonesa.

Núria Farré Abejón (Barcelona, 1992): Núria se describe a sí misma como mujer artista en todos los aspectos de la vida. Especialista en todo tipo de técnicas. ama el óleo por encima de todas ellas. Sus obras nos llevan a lo humano; sus retratos representan lo cotidiano de la vida: El saco de Papa Noel o Joan.

Silvia Flechoso (Burgos, 1991): Silvia dibuja desde que tiene memoria. Su imaginario personal es mágico y místico. Los artistas son para ella seres excepcionales. En nuestra galería de arte online nos propone una serie inspirada en la demonología con obras como Asmodeo, Belfegor o Mammon.

Ana Patitú (Lomas de Zamora, Buenos Aires, 1982): Esta artista argentina residente en Barcelona juega magistralmente con su pincel para recrear la relación entre el agua y el cuerpo. “Pórtico” es uno de sus últimos proyectos que presenta en exclusiva para nuestra galería. Seis magníficas obras en pequeño y mediano formato realizadas en acrílico sobre papel Hahnemühle 450g en la que sus nadadores son los auténticos protagonistas.
El arte femenino se encuentra presente en Inéditad. Mujeres artistas que rompen moldes gracias a su genialidad.
Si quieres saber más sobre sus obras, te invitamos a que eches un vistazo a nuestra Shop Gallery o incluso visitar nuestra galería virtual, en la que no te cobraremos entrada 😉
